Llegó la siguiente jornada y todo
hacía presagiar un partido tranquilo empezando con un 2-12 a nuestro
favor. Pero todo se ensució por un partido bastante turbio en el que las
faltas fueron las protagonistas.
Desde el
banquillo vivimos los primeros sextos del partido de una forma muy
silenciosa. Sinceramente es un placer cuando todas las decisiones que se
toman en la pista son muy cercanas a la manera de ver el baloncesto de
uno mismo. Un juego generoso, con intentonas individuales cuando no hay
más remedio y siempre buscando crear alguna ventaja en ataque. Y una
defensa también generosa en la que todos están intentando contener sin
perder intensidad.
Pero como ya dije las
faltas fueron las protagonistas de este encuentro. Al rival le pitaron
la friolera de 20 faltas durante el encuentro, entraron en bonus tres de
los seis sextos, un jugador acabó expulsado y otros dos se quedaron a
las puertas de serlo. Y esto solo fueron las faltas sancionadas, que ya
todos sabemos en Minibasket suele haber muchas más de las que un árbitro
puede visualizar.
Y aquí quería pararme por
un momento, hay partidos en los que si solo hay una árbitro es muy
difícil ver todo, igual que es muy difícil mantener el control del
partido, a la vez que se aguantan presiones que vienen desde los propios
jugadores, desde el banquillo e incluso desde la grada. Es una
profesión dura sin duda, y siempre habría que agradecer que se intente
hacer el mejor trabajo posible, porque sinceramente este fue un partido
más difícil para la árbitro que para los demás que estábamos sobre la
pista. Y eso que se van acumulando golpes, frustraciones y acciones que
parecen ir siempre en contra de las que las recibe. Es una pena
focalizar todo esto que comento en la figura arbitral, aunque también
entiendo que sea lo fácil.
Pero bueno volviendo
al partido nuestro rival se fue acercando en el marcador
progresivamente aventajándonos en cada sexto por pocos puntos. Por raro
que parezca desde el banquillo no estuvimos nerviosos hasta el último
sexto, y si nos pusimos nerviosos es porque el partido había descarriado
en el aspecto de la deportividad. Costó mantener a los jugadores en el
partido y que se centrasen en únicamente jugar, ya que si seguían así
las cosas habría que empezar a competir con las reglas del boxeo en
lugar de las del baloncesto.
Acabamos con un
ajustado 45-48 y una rara sensación en el cuerpo que no nos gustaría
volver a sentir en partidos venideros. Toca seguir trabajando y aprender
de todas las experiencias que nos brinda el deporte.
También
me gustaría agradecer el comportamiento y las palabras compartidas por
el entrenador rival, que no era el entrenador oficial del equipo sino un
padre de jugador que hizo las labores del mismo, y las oficiales de
mesa que también ponía el equipo contrario. Mostraron toda la
deportividad, respeto y profesionalidad que deberíamos ver siempre en el
deporte base. Labor difícil también la que tuvieron entre manos.
Crónica Noel Miguelez
Fotos M.Carmen Bello Todas as fotos aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario