El último partido contra Montrove fue uno de esos partidos
en los que el final es infartante, pero en los que ves la verdadera magia del
baloncesto, esa emoción que pocos deportes tienen.
Tuvimos un encuentro en el que empezamos muy enchufados,
jugadas de contraataque que finalizaban en canasta continuamente, mucho acierto
ante la canasta rival y una defensa fuerte que lograba mantener la distancia en
el marcador a nuestro favor.
Por momentos estuvimos 20 puntos arriba y aunque el
resultado era favorable, sabíamos que en cualquier momento todo podía cambiar.
Montrove tenía dos jugadores desequilibrantes que por momentos nos pusieron
contra las cuerdas. Sobre todo en los dos últimos periodos en los cuales
llegaron a empatar el partido. Y sinceramente no creo que esta remontada fuese
por causa de una mala defensa, ya que pocas jugadas eran fallos relevantes o de
concentración.
Faltabán 30 segundos para finalizar y la posesión era de
nuestros rivales, una gran defensa de nuestro jugadores forzaron un fallo ante
canasta y nuestra recuperación de balón. Los que estábamos allí solo podíamos
gritar “corre, corre” y los jugadores en pista realizaron un contrataataque de
libro que acabó en un entrada a canasta para darnos una victoria importantísima
de cara al final de temporada.
Un partido en el que nuevamente destacamos el juego
colectivo, los pases y las jugadas son cada vez más importantes en nuestro
estilo de juego, se siguen fallando canastas pero cada vez vemos más y de mejor
factura. 55-53 ante un rival directo.
Y es que estar en mitad de la tabla del grupo fuerte de la
delegación de A Coruña es un grandísimo éxito de todos los que formamos parte
de este equipo. Grada y jugadores están haciendo una temporada para enmarcar.
Crónica Noel Miguelez
Fotos grupo de padres.
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