
Los nuestros mentalmente no
estaban en el partido. En ataque íbamos pasados de vueltas y en defensa
nos faltaba muchas veces una marcha. No había errores graves, y sí hubo
ciertas jugadas muy acertadas durante todo el partido, de hecho
conseguimos anotar 36 puntos que no es una mala puntuación. Pero el
rival nos encajó 76, y eso sí que es significativo.
Se
lo dije a los niños y lo escribo en la crónica, tenemos un equipazo.
Una plantilla de las de aspirar a los puestos cercanos al liderazgo,
quizá no seamos terceros, puede que nos cueste mucho ser segundos y difícilmente seremos primeros a final de temporada cuando nos crucemos
con los mejores equipos de la ciudad. Pero este equipo compuesto una
mezcla homogénea de jugadores de primer y segundo año, que tan solo
entrenan 2 horas a la semana, que no tiene a ningún entrenador ni
entrenadora con un palmarés que quite el sentido, que pertenecen a un
club que sigue en fase de crecimiento (aunque vaya crecimiento) y en el
que no se exigen resultados, ni fases de ascenso como objetivos
principales. Pues este equipo insisto en que es un equipazo y que lo que
tenemos que hacer es trabajar y trabajar, y esforzarnos por lograr
acabar la temporada orgullosos de lo que hayamos conseguido, mientras
por el camino nos divertimos y aprendemos la valía de lo que implica un
deporte en equipo.

El resultado fue 76-36 y los parciales 5-7, 16-4, 9-6, 17-5, 15-2, 14-12. Pero a éstas alturas no es lo más importante.
También
me apetece escribir hoy sobre la implicación de los padres, madres y
jugadores de este equipo y esos esfuerzos que hubo para que jugásemos en
las mejores condiciones posibles a pesar de que había jugadores que
están comprometidos con otros deportes o actividades y demostraron que a
este equipo no sólo se viene a echar una pachanga los fines de semana.
Muchas gracias a todos.
Y por último y ya voy
acabando ésta crónica infinita. Gracias a Cala, entrenador de nuestro
equipo benjamín y padre de uno de nuestros jugadores, que demostró
nuevamente ser un gran compañero de club bajando a arbitrar un partido, a
priori complicado, debido a la ausencia del equipo arbitral. No es la
primera vez que nos salva la situación y ojalá fuese la última, ya que
ésto significaría que la federación no nos deja sin árbitros, pero un
agradecimiento especial y un aplauso para él por su gran labor.
Crónica Noel Miguelez
Fotos grupo de padres Más fotos aquí
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