La
verdad es que fue un encuentro muy enrarecido por diversos factores,
empezó faltándonos muchísima fluidez en el control de balón y tampoco
aparecía la intensidad en cuanto a atacar la canasta, lo cual se
convirtió en un 8-0 en contra. Y siguió hasta el 12-0 en el segundo
cuarto, donde hacia el final hubo un pequeño repunte encestando tres
canastas seguidas.
Nos fuimos al descanso y
parecía como que no todas estábamos tirando del partido en la misma
dirección, era un partido que a priori era difícil y lo sabíamos.
También sabíamos que o hacíamos un partido perfecto o sería muy difícil
ganar con tranquilidad a un rival como éste. Y así fue cada vez que
fallábamos un pase o nos cogían un rebote nos castigaban con velocidad
en el contraataque.
El tercer cuarto fue más
de lo mismo y empezamos encajando un 18-6, por lo menos había puntos a
nuestro favor, y ya en el último cuarto ganamos el parcial con un 4-9.
Acabamos
con un resultado de 34 a 21, tan solo 13 puntos abajo. El partido no
nos engañemos por el resultado, fue malo. Podemos dar muchísimo más y si
bien es cierto que cada vez se cometen menos errores en defensa, en
ataque nos falta atrevimiento y fluidez. Cuesta jugar verdaderamente en
equipo y que todas las jugadores tengan el balón en su poder un tiempo
relativamente similar, aunque es cierto que las jugadoras que suben el
balón siempre lo tendrán más que otras posiciones, pero eso es normal en
éste deporte.
Nos toca volver a reflexionar
porqué no fuimos verdaderamente competitivas como equipo. Y seguro que
el próximo encuentro lo afrontamos con una mejor cara.
Crónica y foto Noel Miguelez
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