CD Rosales 45 – 47 Carferlo Viveiro
Parciales (8-5, 11-12, 16-15, 10-15)
Pabellón Labañou, A Coruña,
17/03/2018 18.00 h
El juego se desarrolló con ventajas muy cortas para ambos equipos
salvo en momentos puntuales de la segunda parte en la que primero
Rosales llegó a contar con siete puntos de ventaja y luego, tras una
pájara considerable, fue Viveiro quien logró la misma distancia, ya
mediado el último cuarto. Aunque la diferencia entre las faltas
personales señaladas (24-12) no nos ayudó, un arreón de amor
propio de los nuestros, con un recuperado Enrique, Zeri y Miguel
(hasta su eliminación por personales- calco del partido de ida-)
logró dejar la desventaja en sólo dos puntos a falta de dieciocho
segundos para la conclusión y balón en nuestro poder.
Lamentablemente, la falta de concentración o exceso de nervios dio
al traste con esa oportunidad, exactamente el mismo guión del
partido de ida, en el que también tuvimos la última pelota para
ganar y no supimos aprovecharla.
1.La propia derrota y las circunstancias en las que se produjo, ya
que una victoria nos hubiese llevado a superar en la tabla a Viveiro.
2.En el transcurso de la competición tuvimos al menos cinco finales
de partido jugados a cara o cruz y en todos ellos la suerte nos fue
esquiva (lectura benévola) o no supimos jugarlos (lectura realista).
A este respecto, es una evidencia que todos los oponentes de la
categoría elevan su nivel de contacto e intimidación física hasta
donde pueden, y la impresión que me queda es que nosotros, salvo
momentos muy contados, no hemos podido o sabido hacerlo en el grado
necesario.
Aspecto positivo:
La recuperación en el final del último cuarto, cuando la diferencia
alcanzada por Viveiro parecía haber enterrado las posibilidades del
equipo. Esa es la actitud que debemos hacer habitual durante todo el
desarrollo del juego.
Jugaron: Enrique
Prado, Jota
Legaspi , Manuel
Varela, Martín Carballo,
Martín Valiño,
Miguel
Serra, Pablo
Moreno, Samuel
Núñez, Uge
Rodríguez, Zeri
Purriños
Crónica Fran Brotóns
Fotos Andrea Legaspi
Crónica Fran Brotóns
Fotos Andrea Legaspi
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