No se puede expresar de otra forma, se nos ha ido un maestro.
Aquí con boina y abrigo rojo junto a su compañero Ramón Lozano
Utilizaré el nombre por el que todos sus alumnos lo llamaban, Añón no era un profesor al uso, Añón era un maestro. Sus últimos años de profesión, yo díría de su vocación, la ejerció en el IES Salvador de Madariaga, fue profesor de gran parte de nuestros y nuestras jugadoras. Todo su alumnado lo adoraba y era porque, sobre todo, se hacía querer. Su relación con el alumnado era tan estrecha que de vez en cuando aparecía a ver sus partidos porque se lo pedían. Se nos ha ido pero su recuerdo permanecerá siempre con los que lo hemos tratado. Descanse en Paz!!!
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