El pasado miércoles 22 se disputó en el polideportivo de Los Rosales el partido, aplazado en su momento, entre nuestro equipo infantil femenino y las chicas del Maristas. Con la duda de saber de que forma se mostraría el equipo en la cancha después de la decepción del último partido, comenzó el choque. Los allí presentes (en gran número, por cierto) no se acababan de creer lo que estaban viendo.
Salimos enchufadísimos a la cancha, con la ilusión de siempre, pero esta vez con una gran dosis de entrega y sacrificio por parte de todas las jugadoras. No importaba quien estuviera en la cancha, ya que desde la primera de nuestras chicas hasta el propio banquillo estaban muy metidos en el partido. En una gran primera parte no permitimos que el Maristas se marchara en el marcador y dejara el partido prácticamente sentenciado como tienen acostumbradas. Tendrían que seguir jugando, y muy bien, como lo han venido haciendo durante toda la temporada para llevarse el triunfo. Si pensaban venir a pasearse ante nuestras chicas, nada más lejos de la realidad. En el momento en que comenzamos a acusar el desgaste físico por el gran esfuerzo realizado, la diferencia apareció en el marcador y así llegamos al final del partido con un resultado de 21-48.
Salimos enchufadísimos a la cancha, con la ilusión de siempre, pero esta vez con una gran dosis de entrega y sacrificio por parte de todas las jugadoras. No importaba quien estuviera en la cancha, ya que desde la primera de nuestras chicas hasta el propio banquillo estaban muy metidos en el partido. En una gran primera parte no permitimos que el Maristas se marchara en el marcador y dejara el partido prácticamente sentenciado como tienen acostumbradas. Tendrían que seguir jugando, y muy bien, como lo han venido haciendo durante toda la temporada para llevarse el triunfo. Si pensaban venir a pasearse ante nuestras chicas, nada más lejos de la realidad. En el momento en que comenzamos a acusar el desgaste físico por el gran esfuerzo realizado, la diferencia apareció en el marcador y así llegamos al final del partido con un resultado de 21-48.
Con partidos así, el equipo tiene licencia para perder. Lo de menos ha sido el resultado, esta vez nos hemos quedado con la gran satisfacción de confirmar que el equipo está vivo, es capaz de levantarse y reaccionar. El deporte siempre te dará revancha y las chicas la han sabido aprovechar.
Hay facetas del juego que habrá que mejorar: la capacidad física y técnica, el balance defensivo, el tiro ... pero también tenemos nuestras propias señas de identidad: la solidaridad en el juego, la entrega, el sacrificio, el orgullo, etc., a partir de las cuales el equipo puede y debe crecer.
Felicidades chicas, este es el camino.
P.D. Deseamos a Marina una pronta recuperación de su esguince de tobillo.
Crónica elaborada por Juanjo Fonticoba.
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